Las futuras misiones de exploración del espacio profundo y de larga duración a la Luna, Marte y más allá requerirán una forma de construir infraestructuras a gran escala, como estaciones de captación de energía solar, torres de comunicaciones y hábitats para la tripulación.
Para mantener una presencia a largo plazo en el espacio profundo, se necesita la capacidad de construir y mantener estos sistemas in situ, en vez de enviar equipamiento voluminoso premontado desde la Tierra.
En la NASA, el equipo ARMADAS (Automated Reconfigurable Mission Adaptive Digital Assembly Systems) está desarrollando un sistema de hardware y software para satisfacer esa necesidad.
Este sistema utiliza diferentes tipos de robots parecidos a gusanos que pueden ensamblar, reparar y reconfigurar materiales estructurales para una amplia gama de sistemas de hardware a gran escala fuera de la Tierra.
Los robots pueden realizar su trabajo en órbita, en la superficie lunar o en la superficie de otros mundos, incluso antes de que lleguen los astronautas humanos.
Científicos del Centro de Investigación Ames de la NASA en Estados Unidos realizaron recientemente una demostración de laboratorio de la tecnología ARMADAS y analizaron el rendimiento del sistema.
Durante las pruebas, tres robots trabajaron en equipo de forma autónoma para construir una estructura de refugio a escala de metros (aproximadamente del tamaño de un cobertizo) utilizando cientos de bloques de construcción.
“El experimento de ensamblaje en tierra demostró partes cruciales del sistema: la escalabilidad y fiabilidad de los robots, y el rendimiento de las estructuras que construyen.
Este tipo de pruebas es clave para madurar la tecnología con miras a su uso en aplicaciones espaciales“, declaró Christine Gregg, ingeniera jefe de ARMADAS en el Centro Ames.
La gran resistencia, notable rigidez y baja masa del producto estructural es comparable a las cualidades que poseen las estructuras actuales de mayor rendimiento, como por ejemplo puentes largos o alas de aviones.
Las prestaciones demostradas en los últimos experimentos suponen un paso de gigante en el campo de las estructuras reconfigurables robóticamente para fuera de la Tierra.
Fuente: NASA