Google estaría desarrollando una herramienta que le enseñaría al código a escribirse y reescribirse a sí mismo.
El proyecto estaría en una etapa temprana, pero sería la nueva apuesta de los californianos en el ámbito de la «inteligencia artificial generativa».
En los últimos tiempos, las grandes tecnológicas parecen haberse comprometido a revolucionar la ingeniería de software.
Microsoft dio el primer paso con GitHub y Copilot, la función que sugiere fragmentos de código y que ya crea el 40% del código de los desarrolladores que la utilizan.
Y Google quiere ir un paso más allá, de la mano de un proyecto secreto que busca crear un código capaz de escribirse, repararse y actualizarse a sí mismo.
Todo de la mano de la inteligencia artificial, por supuesto.
La iniciativa nació bajo el nombre de Pitchfork, y ahora ha sido rebautizada como AI Developer Assistance (Asistencia de IA para desarrolladores).
La misma es parte de la apuesta de Google en el campo de la “inteligencia artificial generativa“, y todo indica que se ha ganado el apoyo de los principales ejecutivos en Mountain View.
El citado medio indica que la idea nació en X, la unidad de investigación de Alphabet.
Sin embargo, durante el último verano emigró a Google Labs para la continuidad de su desarrollo.
Por supuesto que los pormenores del funcionamiento de esta potencialmente revolucionaria herramienta siguen siendo un misterio.
No obstante, algunos de los detalles que han salido a la luz pintan una imagen muy interesante sobre qué esperar de este proyecto.
Pitchfork, o AI Developer Assistance, es, en sí, una herramienta que utiliza aprendizaje automático para enseñarle al código a escribirse y reescribirse a sí mismo.
¿Cómo lo consigue?
Aprendiendo estilos correspondientes a lenguajes de programación, y aplicando ese conocimiento para escribir nuevas líneas de código.
Lo llamativo es que esa no era la finalidad original que perseguía la creación de esta utilidad basada en la inteligencia artificial.
En realidad, lo que se pretendía era crear una plataforma que fuera capaz de actualizar automáticamente la base de código de Python cada vez que se lanzara una nueva versión, sin requerir de la intervención o contratación de una gran cantidad de ingenieros.
Sin embargo, el potencial del programa demostró ser bastante mayor del que se pensaba en un principio.
Ahora, la intención es dar vida a un sistema de propósito general que sea capaz de mantener un estándar de calidad en el código, pero sin depender de la injerencia humana en tareas de desarrollo y actualización.
Todavía no se sabe si Google quiere que esta herramienta basada en inteligencia artificial sea solo de uso interno; o si planea abrirla al público.
Por lo pronto, el proyecto se encuentra en una etapa muy temprana y no se espera verla en acción en lo inmediato.
Además, los de Mountain View deben resolver varias cuestiones antes de mostrarlo públicamente.
Tanto en el apartado legal como en el ético.
No olvidemos que la firma californiana quedó en el centro de la escena este año por el caso del ingeniero despedido por afirmar que LaMDA, su modelo de inteligencia artificial para conversaciones con lenguaje natural, había ganado conciencia.
Aunque, visto desde afuera, un tipo de código capaz de escribirse y reescribirse a sí mismo parece plantear más desafíos técnicos que de otro tipo.
Después de todo, un error en una línea de código podría derivar en fallos de gran magnitud.
Fuente: Business Insider