Si está matándose con el ejercicio o está por programar una cirugía de reducción de peso, o si sufre con una de esas dietas de revista, échele una mirada a este implante cibernético para adelgazar que se está desarrollando en Zurich.
Su trabajo es producir una sustancia que le indica al cuerpo que no, que no tiene hambre y que suelte esa hamburguesa.
La obesidad mórbida es una enfermedad que arrastra hacia otras enfermedades y actualmente es considerada una epidemia en el mundo.
Con centros neurálgicos de la gordura como Estados Unidos, los estudios sobre la cuestión están siendo apurados por los organismos asistenciales y las universidades, en compromiso con la solución de este problema que mata a millones de personas por año.
Soluciones de todo tipo se han desarrollado hasta el momento, pero la ciencia actual está trabajando en un implante cibernético que ayudaría a adelgazar sin que haya que someterse a cirugías invasivas ni a dietas o regímenes de ejercicio tortuosos.
Investigadores del ETH-Zurich trabajan sobre el prototipo de un circuito genético implantable.
El mismo tiene por función principal ser un regulador del apetito del paciente, y para esto realiza dos acciones fundamentales: 1) monitorea los niveles de grasa en la sangre y, 2) si detecta niveles excesivos, produce una sustancia “mensajera” que genera una respuesta cognitiva negativa hacia el deseo de comer.
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Los investigadores estudiaron a ratones obesos que habían sido alimentados con alimentos grasos.
Después de que las cápsulas con el circuito de regulación de genes habían sido implantadas en los animales e intervenido ante los niveles excesivos, los ratones obesos dejaron de comer y su peso corporal se redujo notablemente.
A medida que los niveles de sangre en grasa también volvieron a la normalidad, el circuito regulador dejó de producir la señal de saciedad, por lo que el ratón se podía mantener en peso sin sufrir pérdidas de masa corporal u otros daños ante la falta de alimentación adecuada.
Como indicador de lo complejo del sensor, éste puede detectar diferentes tipos de grasa, incluyendo grasas animales y vegetales, saturadas y no saturadas.
Así y todo, los investigadores advierten que este desarrollo no muy fácil de transferir a los humanos, y que va a tomar muchos años desarrollar una versión humana de este implante cibernético para adelgazar.
Así que a seguir haciendo ejercicio, entonces.
Fuente: Neoteo