Japón ha puesto en marcha un gigantesco robot de aspecto intimidante que se encargará de velar por el estado de su red ferroviaria.
Lleva en desarrollo desde hace unos años, pero ahora es cuando entra en servicio.
Cuenta con unos enormes brazos y una cabeza desproporcionadamente pequeña.
Recuerda a la del robot Wall-E o al R.O.B. de Nintendo, y es sencilla porque lo único que necesitan poner en ella es un par de cámaras.
Todas las operaciones son llevadas a cabo por un operador que está dentro de un camión, que además es la base del propio robot.
Es decir: el operador lleva un casco de realidad virtual desde el que tiene el mismo punto de vista que el robot y, en cada una de sus manos, los controles para los brazos de este asistente mecánico.
No tiene piernas. Su base es el propio camión en el que está el operario y es el camión el que se va desplazando por las vías de West Japan Rail Company guiando al robot.
De la trasera del vehículo sale un brazo hidráulico que es el soporte del robot y, además, permite un alcance vertical de 12 metros en total.
Las manos del robot son pinzas para agarrar objetos con un peso de hasta 40 kilos, pero además se pueden colocar accesorios como un pincel o una motosierra.
El motivo es que, como buen robot de soporte que es, está pensado para hacer una única tarea: mantener en buenas condiciones las vías de la compañía.
Eso incluye eliminar objetos pesados, pero también realizar el mantenimiento de la catenaria cortando ramas de árboles que puedan molestar o repintando algunas zonas.
Y si no es más que un robot con habilidades de jardinería y mantenimiento, ¿no podría hacer un humano ese trabajo?
Sí, pero precisamente Japón tiene un problema con eso.
Desde hace años, afronta un invierno demográfico al que no están viendo una solución sencilla.
Es algo que está provocando que algunas obras se hagan íntegramente con robots, y precisamente ese problema a la hora de encontrar trabajadores es una de las motivaciones tras la creación de este robot.
La compañía afirma que este robot ayudará a cubrir la escasez de mano de obra en un Japón envejecido.
Ahora bien, otra ventaja del robot es que ayudará a que no haya accidentes laborales como caídas desde alturas o las descargas eléctricas que pueden ocurrir al trabajar en catenaria.
Veremos qué tal va a la compañía ahora que su nuevo robot entra en acción fuera de la fase de prototipado.
Kazuaki Hasegawa, presidente de la misma, afirma que “en el futuro esperamos utilizar máquinas para todo tipo de operaciones de mantenimiento de nuestra infraestructura”, por lo que los planes son ambiciosos en un país en el que, como decíamos, la mano de obra para ciertos trabajos no es que abunde.
Fuente: The Guardian