Descubren nueva arma contra el cáncer: las células grasas

Descubren nueva arma contra el cáncer: las células grasas

Comparta este Artículo en:

Una nueva investigación sugiere que ciertas células grasas pueden reprogramarse para convertirse en una terapia que mate de hambre al cáncer.

Nuestra grasa corporal puede convertirse en un arma secreta en nuestra eterna lucha contra el cáncer.

Un nuevo estudio publicado sugiere que las células grasas pueden modificarse para convertirse en un tratamiento que literalmente mate de hambre a los tumores.

Científicos de la Universidad de California en San Francisco llevaron a cabo la investigación.

A través de una serie de experimentos, descubrieron que las células grasas beige reutilizadas e implantadas podrían inhibir el crecimiento de cinco tipos diferentes de cáncer.

Los hallazgos podrían indicar un método nuevo pero relativamente fácil de abordar el cáncer, dicen los investigadores.

En nuestro cuerpo se pueden encontrar tres tipos generales de células grasas: blancas, marrones y beige.

Las células grasas blancas ayudan principalmente a almacenar energía, mientras que las células grasas marrones mantienen nuestra temperatura estable quemando azúcar y grasa cuando tenemos frío.

Las células grasas beige están en algún punto intermedio, capaces de realizar las funciones de las células grasas blancas o marrones según sea necesario.

Un estudio de 2022 sugirió que las células grasas marrones inducidas por el frío pueden agotar los recursos que necesitan las células cancerosas para seguir creciendo.

Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de las células grasas son marrones, y la terapia de frío necesaria para inducir este efecto antitumoral podría no ser segura de usar en la mayoría de los pacientes con cáncer (el único caso humano detallado en el estudio de 2022 involucró a una persona con un linfoma no Hodgkin relativamente leve).

Los investigadores de la UCSF teorizaron que podrían reproducir este mismo efecto de manera segura convirtiendo las células grasas blancas en células grasas beige, una transformación que los científicos ahora están aprendiendo a realizar de manera confiable.

Los investigadores utilizaron una versión de la tecnología de edición genética CRISPR para crear sus células grasas beige reprogramadas, centrándose en un gen particular llamado UCP1.

Las células también se modificaron a veces para preferir nutrientes que ciertos cánceres están especialmente hambrientos de devorar.

En varios experimentos con placas de Petri, ratones y muestras tomadas de pacientes reales, los investigadores descubrieron que sus células grasas modificadas podían de hecho suprimir el crecimiento del cáncer.

En total, estas células grasas parecieron contrarrestar al menos cinco tipos diferentes de células cancerosas (cáncer de colon, páncreas, próstata y dos tipos de cáncer de mama).

Y las células incluso parecieron funcionar cuando se colocaron lejos de los tumores reales.

“En resumen, nuestros resultados proporcionan resultados de prueba de principio para un enfoque terapéutico contra el cáncer, denominado [trasplante de manipulación adiposa], que puede desarrollarse y personalizarse aún más para cánceres y pacientes específicos”, escribieron los investigadores en su artículo.

Los hallazgos del equipo son solo el comienzo. Más estudios tendrán que replicar y expandir estos resultados antes de que podamos saber realmente si las células grasas son un tratamiento viable para el cáncer.

Pero los investigadores están alentados tanto por el potencial como por la practicidad de su terapia experimental.

Por mucho que no queramos admitirlo, tendemos a llevar mucha grasa corporal, y los médicos han descubierto desde hace mucho tiempo cómo extraer y, a veces, reubicar esta grasa.

“Ya eliminamos rutinariamente células grasas con liposucción y las reinstalamos mediante cirugía plástica”, dijo el investigador principal del estudio Nadav Ahituv, director del Instituto de Genética Humana de la UCSF, en un comunicado de la universidad.

“Estas células grasas se pueden manipular fácilmente en el laboratorio y volver a colocar de forma segura en el cuerpo, lo que las convierte en una plataforma atractiva para la terapia celular, incluso para el cáncer”.

Si el trabajo del equipo continúa dando frutos, imaginan un futuro en el que las células grasas no solo traten el cáncer, sino que se puedan programar para realizar otros trucos, como controlar los niveles de glucosa en sangre o absorber el exceso de hierro.

Fuente: Nature biotechnology

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *