Se trata de un dispositivo microfluídico para el diagnóstico del cáncer que detecta las células tumorales activas a través de la medición de cambios generados en su metabolismo.
El diagnóstico del cáncer, así como su seguimiento, pueden requerir de la realización de pruebas bastante invasivas para el paciente, como las biopsias.
Estas no solo son un problema para el propio enfermo, sino que también requieren de personal especializado para su análisis y pueden encarecer y ralentizar los procedimientos.
Por eso, un equipo de científicos de varios centros de investigación australianos, con dos españoles entre ellos, ha diseñado un dispositivo microfluídico capaz de hacer el mismo tipo de diagnóstico solo con unas gotas de sangre.
De este modo, se puede hacer el diagnóstico del cáncer, comprobar cómo evoluciona un tratamiento y predecir posibles metástasis.
Por ahora, sus desarrolladores ya lo han patentado y han publicado un estudio sobre él, aunque no han empezado a comercializarlo.
Planean hacerlo pronto, pero lógicamente será necesario seguir probándolo y ponerlo a punto.
Si todo va bien, en un futuro podría ser una herramienta muy útil en el diagnóstico del cáncer.
Antes de adentrarnos en el funcionamiento de este método de diagnóstico del cáncer es importante tener en cuenta que se trata de un dispositivo microfluídico.
Estos son instrumentos que incluyen microprocesadores capaces de realizar mediciones a partir de cantidades muy pequeñas de un fluido.
Este puede ser un líquido corporal, como la sangre o la orina.
Este dispositivo se basa en estudios anteriores en los que se ha observado que las células tumorales consumen mucha glucosa.
Lo hacen en un proceso en el que, además, se generan cantidades altas de lactato, que es la forma ionizada del ácido láctico.
Como resultado, se produce una acidificación del medio y eso precisamente es lo que mide este dispositivo microfluídico.
Contiene 38.400 cámaras que, a partir de estas mediciones, son capaces de aislar y clasificar las células tumorales activas, que se encuentran consumiendo glucosa.
Una vez aisladas, se pueden someter a análisis genéticos y moleculares para hacer un diagnóstico mucho más específico, que permita personalizar los tratamientos.
No importa que la proporción de células tumorales con respecto a las células sanas sea muy baja.
Este dispositivo es capaz de encontrarlas.
Además, puede detectar aquellas células tumorales que están migrando a otros órganos para dar lugar a la temida metástasis.
Generalmente, las biopsias son mucho más costosas y deben ser analizadas por operadores cualificados.
Por eso, se complica su uso en entornos líquidos.
Hay que enviarlas al laboratorio y esperar a los resultados.
En cambio, con este dispositivo microfluídico, el diagnóstico del cáncer podría hacerse mucho más rápido, directamente en la práctica clínica.
Fuente: NIH